domingo, 27 de enero de 2008

Una pica en Flanders

Sí, sí, en Flanders. O en algún otro icono de la imaginería estadounidense. Hace ya más de una semana que me quería sentar a escribir este post y no ha habido manera. Hoy, con una resaca considerable, voy a ello.

Una alegría tremenda. Sin más, eso es lo que me ocurre al pensar que dentro de nada – un día antes de mi cumpleaños, por cierto – Javier Bardem puede ganar el Oscar. Yo creo firmemente que lo va a ganar, lo espero con todas mis fuerzas. Eso sería un gran triunfo para la esforzada gente que se dedica al cine e intenta traspasar las trasnochadas fronteras que, por suerte, van remitiendo. El primero, claro está, que se me viene a la cabeza es Nacho Vigalondo. No sé hasta qué punto puedo decir nada de lo que me va llegando, así que me limitaré repetir lo que él confirma en su web: Steve Zaillan será el productor del remake de Los Cronocrímenes. Eso es algo que me parece maravilloso. Álex Pastor, Luiso Berdejo y seguro que alguno más que me dejo también están ya allí, en la Tierra Prometida, como los pioneros que se fueron a colonizar el desierto.

Que en un año Javier Bardem gane un Oscar, Nacho ruede una película en Estados Unidos (a la vez que se hace el remake de la suya) y otros cineastas de la tierra hagan lo propio incluso con Kevin Costner, es algo que me llena de alegría y esperanza. Esperanza de que el cine español no es – o no será – como dice Daniel Sánchez-Arévalo en El País Semanal “una especie de marca en las estanterías de los centros comerciales”. Creo que soy todo lo contrario a las nacionalidades y a sentirme “español”, pero sí que es cierto que este país nuestro es muy jodido con respecto a muchas cosas, una de ellas el cine, claro. Si el PP gana las próximas elecciones, que dios nos coja confesados a los cineastas – presentes y futuros – porque vamos a sudar tinta china. Por eso me parece una grandísima noticia que se abran las fronteras, que vayamos a otros sitios, que conquistemos la cima del mundo – del cine, claro – y que dejemos de mirarnos tanto el ombligo y de tonterías muy cañí que ya huelen a refrito.

Vigalondo es posiblemente el cineasta más despierto, capaz y con control que ha parido esta tierra. Su generación es la Nueva Esperanza. Koldo Serra, Borja Cobeaga, todos ellos son LA HOSTIA. Que sean ellos los que abran las puertas de este país atrasado es fundamental. No soy adivino, pero sé que con ellos al frente, nos esperan años de buenas y novedosas películas. Esperanza, eso es lo que traen.

Simplemente dar la enhorabuena desde esta humilde página al señor Bardem, así como a Nacho Vigalondo. Es apasionante verles allí…

P.D.: Un pequeño apunte que mucha gente no entenderá: Yo no soy aficionado en absoluto al fútbol, pero de un tiempo a esta parte, me he visto inmerso en los devaneos del Real Zaragoza. Realicé un spot para Elanuario.net, producido por Elipsis Producciones, que protagonizaba Víctor Fernández y eso fue lo que me llevó a seguir algún que otro partido y todo el rollo mediático que le ha seguido hasta que, hace nada, fue destituido. Desde aquí, solamente quería hacerle llegar nuestro apoyo, fue una suerte haberle conocido en aquél rodaje y un privilegio haber trabajado con él.

jueves, 17 de enero de 2008

Val del Omar: Acariño galaico (De barro)


En 1961 Val del Omar regresa a tierras gallegas, a las que ya había acudido como misionero, y comienza el rodaje de Acariño galaico (De barro), su elemental inicialmente dedicado al aire; tras un encuentro con el enigmático escultor Arturo Baltar, el proyecto evolucionará hacia convertirse en el elemental del barro, la fusión del agua con la tierra. Val del Omar retomará intermitentemente el proyecto en años posteriores, con el objetivo de integrarlo dentro de su fresco cinematográfico Tríptico elemental de España.

En 1981, un año antes de su muerte, retomó el montaje, aunque la película quedó finalmente inconclusa, tal vez, como apunta el investigador Rafael R. Tranche, por la propia voluntad expresa de Val del Omar de no cerrar su obra. La película es terminada por Javier Codesal bajo la supervisión técnica de Rafael R. Tranche, siguiendo un copión de vídeo casi definitivo y los sonidos grabados e indicaciones manuscritas que había dejado Val del Omar para la elaboración del montaje de la banda sonora.

Aquí, sus películas anteriores, Aguaespejo Granadino y Fuego en Castilla, primer y segundo segmento respectivamente del Tríptico Elemental de España. Ahora, Acariño galaico (De barro).

VB